Hola, ¿qué tal? ¿Cómo estás? Espero que todo vaya muy bien.
Te saluda Alex Ávalos y te doy la bienvenida a El Método Efectivo,
el podcast con ideas, experiencias y estrategias
que te ayudarán a construir tu propio camino
y dar el siguiente paso hacia el negocio exitoso que querés crear.
Estamos ya a la vuelta de la esquina para darnos los abrazos de año nuevo.
Estamos ya al filo de octubre, inicios de noviembre.
¿Cuántas metas te pusiste a inicio de este año?
¿Tres?
¿Cinco?
¿Diez?
A punto de comenzar este mes de noviembre,
¿Cuántas de esas metas que te propusiste a inicio de año realmente has cumplido?
¿Sabías que el 92% de las personas no lo cumplen?
Y ante esa pregunta, la respuesta sigue siendo ninguna o muy pocas.
¿Y sabes por qué es eso?
Porque confundimos deseos con metas.
Confundimos sueños con objetivos.
Y sobre todo, confundimos estar ocupados con avanzar.
Decimos, este año quiero facturar seis cifras.
Este año voy a lanzar mi producto digital.
Este año voy a conseguir mis primeros 100 clientes.
¿Te suena familiar estas frases?
Claro que sí.
Pero, ¿qué pasó con esas metas?
¿Dónde quedaron?
El problema no es que las metas sean malas.
El problema es que la mayoría de las metas que nos ponemos
están diseñadas para fracasar desde el momento que las decimos, desde el día uno.
En este episodio vamos a hablar de por qué nuestras metas no funcionan
y cómo crear metas que realmente nos lleven a algún lado.
Y sobre todo, cómo transformar esas buenas intenciones en resultados reales y medibles.
Yo sé que conoces el método SMART, específico, medible, alcanzable, relevante y con tiempo definido.
Yo sé que lo has escuchado miles de veces.
Está en todos los libros, en todos los cursos lo mencionan y por supuesto te lo vas a encontrar en todos los videos de YouTube y estos videos de TikTok motivacionales.
Sin embargo, aún con metas smart seguimos sin cumplirlas y cabe preguntarnos ¿por qué?
Porque las metas SMART son solo el 30% de una ecuación.
El otro 70% es algo que la mayoría ignoramos.
Existen tres tipos de metas en los emprendimientos.
Y no tener claro esto es la razón número uno por la que fracasamos.
Vamos a ver.
Primero, las metas de resultado.
Facturar 50 mil dólares este año, conseguir 200 clientes, vender mi empresa por un millón
Estas son metas y están completamente fuera de nuestro control
Vos podés hacer todo perfecto y aún así el mercado, la economía, la competencia o la misma suerte puede arruinarte el plan
Segundo, las metas de proceso
Publicar contenido tres veces por semana
Hacer 20 llamadas de ventas al día
Enviar 10 propuestas cada semana
Estas metas sí están bajo tu control
Dependen solo de vos y, por supuesto, de tu disciplina al ejecutar
Y tercero, las metas de sistema
crear un embudo de venta automatizado, construir un equipo que funcione sin tu intervención directa, montar una máquina de contenido que genere leads constantemente.
Estas son las metas que realmente hacen un cambio, porque una vez que las implementas, trabajan para vos 24-7.
La mayoría de emprendedores se obsesionan con las metas de resultado y se olvidan completamente de las metas de proceso y de sistemas.
Un estudio de la Universidad de Scraton encontró que solo el 8% de las personas cumplen sus metas de año nuevo.
¿Por qué? Porque se enfocan en el destino y no en el viaje.
James Clear, el autor de Hábitos Atómicos, lo dice perfecto.
No te elevas al nivel de tus metas, caes al nivel de tus sistemas.
Entonces, si tu meta es facturar 50 mil dólares, pero tu sistema solo puede generar 20 mil,
vas a caer a 20 mil una y otra vez, siempre.
Hablemos de Buffer.
Buffer es una herramienta para programar publicaciones en redes sociales
que hoy tiene millones de usuarios y factura más de 20 millones de dólares al año.
Pero cuando Joel, su fundador, empezó, no se puso como meta crear una empresa multimillonaria.
Se puso una meta mucho más simple y procesable.
Validar si alguien pagaría por su idea a lo largo de 7 semanas.
¿Cómo? Creó una landing page con 3 botones de precios.
Cuando alguien hacía clic, aparecía un mensaje.
Gracias por tu interés. Aún estamos construyendo esto.
En 7 semanas validó que sí había demanda y solo entonces comenzó a construir el producto.
Meta de proceso, meta alcanzable, meta con sistema.
Del otro lado tenemos a Teranos.
Elizabeth Holmes se puso la meta de resultado más ambiciosa que se le pudo imaginar.
Revolucionar la industria médica con una tecnología de análisis de sangre que no existía.
Levantó 700 millones de dólares.
Fue portada en Forbes, valuaron su empresa en 9 mil millones, pero ¿cuál fue el problema? Que no tenía un sistema funcional, solo tenía una meta, eso sí, una meta enorme y por supuesto muy mediática, pero imposible de cumplir con la tecnología que realmente tenía.
Y yo no sé vos, pero por si no lo sabía, este cuento que terminó muy mal. Fraude, juicios, cárcel. ¿Qué pasó? Tuvo una meta sin sistemas y eso se convirtió en fantasía.
Te voy a ser muy honesto. Por supuesto, como no podía ser de otra forma, yo también he fallado y sigo fallando con mis metas.
Cuando lancé mi academia online, mi meta era tener 100 suscriptores en el primer trimestre. ¿Sabes cuántos se suscribieron? 20. 20 personas.
¿Por qué fracasé? Porque mi meta era de resultado, pero no tenía sistemas ni procesos.
No tenía un sistema de captación, no tenía lista de correo, no tenía estrategia de contenido, no tenía nada más que una meta bonita en papel.
Entonces, le di una vuelta de tuerca a todo. Mi nueva meta es hacer un directo en YouTube cada semana durante seis meses.
Meta de proceso, que está completamente bajo mi control y que es medible.
Un directo en YouTube cada semana durante seis meses.
Los resultados te los voy a compartir más adelante, apenas llevo dos veces con esta estrategia, pero mi canal ha comenzado a crecer y han comenzado a llegar clientes no solo de la academia, sino que de consultorías, de mi servicio de correo, Axis Mail, de colaboraciones y lo más importante, he construido un sistema de generación de contenido que he comenzado con los directos,
pero el próximo año voy a añadir otros formatos y voy a comenzar a reutilizar cada tema para escribir post de blog en mi plataforma educativa y por supuesto compartir lo que hago en LinkedIn.
¿Ves la diferencia?
Ahora, podríamos quedarnos los dos así tan contentos, pero no. Ahora viene tu tarea para esta semana.
Y te recomiendo que lo hagas con papel y lápiz, que hagas este ejercicio con papel y lápiz, no solo mental en tu cabeza.
Lo que significa que posiblemente vas a tener que pausar el episodio y continuarlo más adelante.
Pero yo te recomiendo escuchar el ejercicio y luego volvés al ejercicio y vas paso a paso, pero con papel y lápiz para que realmente te sea de utilidad.
Paso número uno. Auditoría de tus metas. Escribí todas las metas que tenés actualmente para tu negocio, para tu emprendimiento. Todas. No importa si son grandes o pequeñas.
Escribílas todas
Paso 2
Clasificación
Al lado de cada meta, anotá
Si es de resultado, si es de proceso o si es de sistema
Te apuesto que la mayoría van a ser de resultado
Y ya ves que ahí radica nuestro problema
Paso 3
La traducción
Por cada meta de resultado, traducila a una meta de proceso
y a una meta de sistema.
Por ejemplo, meta de resultado, facturar $9,000 este trimestre.
Meta de proceso, enviar 15 propuestas comerciales cada semana.
Meta de sistema, crear un sistema automatizado que califique los leads
antes de que lleguen a mí.
Es decir, que realmente ese contacto es un potencial cliente.
¿Ves la diferencia? Uno depende del mercado y de la suerte y las otras dos dependen completamente de vos.
Paso 4. Priorizar brutalmente. De todo lo que tenés anotado, elegí solo tres metas.
Tres. No cinco, no diez. Tres. Y de esas tres, dos tienen que ser de proceso y una de sistema.
Tener 20 metas es lo mismo que no tener ninguna. Es imposible enfocarse en 20 cosas a la vez. Es mentira la multitarea, es una trampa mortal y también tener 20 metas es una locura.
Como has visto, bueno, has escuchado en este episodio, las metas al final no son el problema.
Nuestro problema es cómo las planteamos.
Debemos dejar de obsesionarnos con los resultados y deberíamos de comenzar a obsesionarnos con los procesos.
Construí sistemas que trabajen para vos.
No solo una lista de deseos que te hagan sentir productivo y que pasas atareado todo el día.
Porque al final del día no se trata de cuántas metas tenés en tu lista.
Se trata de cuántos sistemas realmente tenés funcionando.
Así que apunta y dale una vuelta de tuerca.
Las metas te dicen a dónde querés llegar.
Los sistemas te llevan ahí.
Y con esto cerramos el episodio de hoy.
Yo ya hice mi parte.
Ahora te toca a vos.
Toma lo que has escuchado en este episodio,
adaptalo a tu realidad y ponete manos a la obra.
Si quisieras compartirme tu avance o si tienes alguna duda,
sabes que puedes encontrarme en elmetodefectivo.org.
Te espero en el próximo episodio.
Feliz lunes y exitosa semana.
Salud.