Cuando yo escuché sobre “emprender online” en 2018 me sonaba a utopía que a la vez me hacía sentido. Era un combo: Emprender+Online+TuPropioJefe con cláusulas especiales como “quemar las naves” e “invertir tiempo o dinero y ver si hay suerte”. Aunque había trabajado en negocio familiar y propio, lo online era un mundo nuevo lleno de oportunidades. Todo me hacía click, quería quemar naves ya, emprender ya, e invertir tiempo para que la suerte me encontrara trabajando.
Cuando vino la pandemia, yo ya tenía un año trabajando desde casa y los grandes problemas ya los había enfrentado. Mientras muchos luchaban por mantener sus trabajos, yo vi claro algo importante: no todo mundo debe trabajar en remoto, no todo mundo puede trabajar desde casa, no todo mundo debería emprender, no todo mundo debe ser su propio jefe, y no todo mundo debe sentir que se pierde algo por no trabajar online.
Cada persona es como es, tiene el entorno que tiene, las habilidades que tiene, y se gestiona como puede. Post-pandemia hubo un momento donde se buscaba “digitalizar” todos los empleos, y eso lo veo muy mal porque si a todos nos meten al saco de lo remoto-digital, muchos verán ventajas pero para otros será un calvario.
En este podcast me vas a oír hablando siempre de home office porque es como he decidido vivir y trabajar, pero aunque trate de ser claro en los pros y contras, puede que suene demasiado bien y no quiero mal informar a nadie. He comprobado que por muchos pros que tenga el trabajo remoto, es duro pasar la mayoría del tiempo solo y es complicado separar vida del trabajo.