El resultado me gustó: los tres podcasts tienen su propia forma. Pero me metí en un lío: ya había grabado tres episodios de 20-30 minutos y tuve que regrabarlo todo. Me puso de cabeza el fin de semana.
Hoy le pongo pausa a varias cosas para dedicarme a afinar escaletas y grabar al menos dos episodios adelantados de cada uno. Te digo por experiencia: grabar el episodio que se publica ese mismo día es demasiado estresante. Lo ideal es tener un buffer de contenido, como decía Joan Boluda—crear con anticipación y programar.
Mi plan es grabar en noviembre cada fin de semana los cuatro episodios del mes de una sola vez, así puedo pulir escaletas y meter efectos sonoros. Me han preguntado si no es muy ambicioso tener tres podcasts semanales más este diario. La verdad, sí. Es mucha logística: escaleta, preparación, grabación, edición, publicación.
Pero esta es mi estrategia de captación. Es mi forma de mostrar a potenciales clientes que sé lo que hago, cómo trabajo, que estoy comprometido. Además potencia la marca personal: cuando alguien me descubre en LinkedIn y ve el canal activo, el podcast diario, los semanales hablando de lo mío—eso da una impresión muy fuerte. Por eso vale la pena. Y además, porque quiero hacerlo así.