En mis experiencias pasadas con otros podcasts tuve problemas que me marcaron: iVoox insertaba publicidad invasiva y degradaba la calidad de audio para usuarios no premium. En el podcast “Panel de Control” detecté algo peor: terceros editaban y revendían mi contenido sin autorización.
Para los podcasts de PodCluster me puse a pensar: ¿cómo dejar en claro qué se puede y no se puede hacer con los audios?
Creative Commons me pareció la mejor solución.
Elegí Creative Commons Atribución-No Comercial-Sin Derivadas 4.0 Internacional (CC BY-NC-ND 4.0) por tres motivos:
BY (atribución): Requiere dar crédito con nombre, fuente y enlace. Si compartís mi contenido, decí que es mío.
NC (no comercial): Prohíbe vender o lucrarse con los episodios. Nada de empaquetar mis audios como cursos pagos.
ND (sin derivadas): No permite modificar, recortar ni crear obras derivadas. El contenido se comparte completo o no se comparte.
Mi objetivo: proteger el contenido y asegurar distribución ética.
Quiero que la gente pueda compartir libremente, pero respetando las reglas. Si alguien necesita hacer algo específico que no entra en la licencia, hablamos y vemos.
Antes veía Creative Commons como “algo de abogados”, algo lejano. Ahora lo veo útil y necesario.
Si tenés un podcast, especialmente uno que funciona como recurso de aprendizaje y captación de potenciales clientes como toda la red PodCluster, establecer licencias desde el inicio no es opcional.
Es proteger tu trabajo.