Cuando mirás a una persona, no ves su corazón latiendo ni sus pulmones trabajando. Pero si fallan, te das cuenta inmediatamente. Con las webs es igual: ves el frontend, pero no ves el DNS traduciendo dominios, el servidor procesando peticiones, la base de datos buscando información. Porque para tener una web profesional, no podés descuidar una parte y esperar que todo funcione correctamente. Es como el cuerpo humano: todos los sistemas trabajan juntos.