Hola, ¿qué tal? ¿Cómo estás? Espero que todo vaya muy bien. Te saluda Alex Ávalos y te doy
la bienvenida a El Método Efectivo, el podcast con ideas, experiencias y estrategias que te
ayudarán a construir tu propio camino y dar el siguiente paso hacia ese negocio exitoso que querés crear.
¿Qué es más difícil y complicado de conseguir en Latinoamérica? Financiamiento, talento, tecnología.
¿Sabes qué es lo más difícil de conseguir en Latinoamérica, en Latam y en El Salvador en
particular? Lo más difícil de conseguir es el permiso para fracasar. Por eso vamos a hablar
en este episodio de la palabra que simplemente nadie quiere escuchar, la que todos lo dicen así,
a lo bajito, la susurran en privado, pero que al final del día es la gran maestra del emprendimiento.
En Estados Unidos, si no te arruinaste dos, tres, cuatro, cinco, diez veces, simplemente no sos nadie.
En cambio en Latam, si fracasas una vez, quedas marcado forever por siempre. Y esta gran diferencia
nos ha costado generaciones enteras de innovación y por supuesto muchos traumas en el camino. Con
este episodio, mira, te lo digo con total sinceridad, yo no quiero motivarte, no quiero
motivarte a emprender y tampoco, por supuesto, no quiero motivarte a fracasar. Pero quiero que
reflexionemos por qué el fracaso puede ser nuestro mejor profesor y más importante si cabe, cómo
podemos hacer para cambiar nuestra relación con el fracaso. Me imagino que también lo has visto en
series y en películas, esto de "fail fast, fail often", pero es que la verdad es así. Mientras
que en Silicon Valley celebran esto de fallar rápido y fallar pronto, en Latam lamentablemente
tenemos, aunque en la cultura pop es la L de "loser", pero podríamos decir la F de "fracasado".
Lamentablemente. Tanto así que en México el 68% de los emprendedores que hoy tienen una
empresa exitosa ya habían tenido una que fracasó, pero ¿sabes cuál es el detalle?
Que al final del día nadie habla de eso. En nuestra región, más de la mitad de los
emprendedores sufrimos miedo al fracaso y esto no es sólo un número, lamentablemente al final del
día es talento desperdiciado, innovación que se queda guardada en los cajones y una lluvia de
ideas que nunca van a ver la luz. Y al final del día lo peor de todo es que eso pasa porque
simplemente le tenemos miedo al "¿qué dirán?" Porque el problema no es fracasar, el problema es
creer que fracasar significa que vos sos un fracaso. Y son dos cosas completamente diferentes,
por supuesto, pero en nuestra cultura casi significan lo mismo.
¿Pudiéramos nosotros redefinir el fracaso? ¿Pudiéramos nosotros darle una nueva perspectiva?
Sería muy bueno. ¿Qué te parece si comenzamos reflexionando que el fracaso no es lo opuesto
al éxito? El fracaso es parte del éxito. Yo sé, bien sabes, que Thomas Edison no fracasó
999 veces en el intento por inventar la bombilla, la bombilla, el foco. Encontró 999 maneras de
cómo no hacerla. Esa mentalidad es lo que necesitamos nosotros desarrollar. Es esa la
mentalidad que nosotros necesitamos desarrollar. Es ese cambio de chip que tenemos que hacer. ¿Por
qué? Porque tenemos, podríamos decirlo, cuatro tipos de no éxito, cuatro tipos de fracasos. El
primero, el error. Te equivocaste en algo específico, pero hombre, podés corregirlo.
Segundo, el pivote. Tu idea original no funcionó, pero encontraste algo mejor. Tercero, lección cara.
Claro, pagaste un precio alto, pero al final aprendiste algo muy valioso. Fracaso total,
este es el cuarto. ¡Guau! Tu proyecto murió. Hombre, pero vos seguís vivo y más sabio.
En el cuarto, yo te pudiera mencionar el listado de proyectos fallidos y muertos que tengo yo en
mi haber. Comenzando con mi querido Tecnoutilidades. Tecnoutilidades fue mi primer intento de YouTube
cuando nació YouTube y yo tuve en mi mano mi primer Android. Se me ocurrió lo que ahora están
haciendo, por ejemplo, Topes de Gama, Suprapixel, Tecnonautica, no, ¿cómo se llaman? Tecnonautas.
Esa fue mi idea original hace cuantos años. Claro, ¿por qué murió el proyecto Tecnoutilidades?
El proyecto murió simplemente porque aquí en El Salvador la tecnología es un lujo y en ese
entonces lo era más. No había acceso a dispositivos y decime vos, un canal de YouTube hablando sobre
tecnologías, celulares, sistemas operativos para celulares, Android, actualizaciones de
sistema sin tener los dispositivos. Bueno, segundo ejemplo, te pudiera mencionar más,
pero te voy a mencionar solamente dos por la cuestión del tiempo. Coweb.pro.
Coweb fue mi propuesta post pandemia para ofrecer servicios profesionales aquí en El Salvador. En
un inicio tenía una cartera de clientes pequeña, pero entusiasta. ¿Qué sucedió? Terminando la
cuarentena pandemia, las agencias formalmente establecidas comenzaron a hacer campañas en
otro nivel y simplemente volvieron mi propuesta la menos viable. Claro, los clientes me preguntaron,
Alex, me han propuesto esto, esto y esto por este y este precio. ¿Es posible igualarla? No,
ni en broma lo vamos a igualar. Nosotros somos dos personas. Con suerte podemos subcontratar a
dos personas más, pero no vamos a ponernos a competir con una agencia de 100 personas que
ya te dan un todo incluido por un precio risible. Nosotros ese precio no nos tiene a cuenta y tampoco
te vamos a ofrecer todo eso que ellos te han ofrecido. La calidad, pues eso lo podríamos
discutir porque lo poquito que nosotros hacemos lo hacemos 10 de 10. Pero bueno, al final ya ves,
Coweb.pro fracasó. Pero ¿cómo podríamos redefinir el fracaso? ¿Cómo podríamos darle una nueva
perspectiva a esto? Si ya vimos los cuatro tipos de no éxito, ¿cómo pudiéramos nosotros cambiar
el chip? Yo te propongo que cada vez que algo no funciona, vos te hagas tres preguntas. La primera,
¿qué específicamente no funcionó? La segunda, ¿qué puedo controlar la próxima vez? Y la tercera,
¿qué aprendí que antes no sabía?
Hago una rebajita. Claro que sí, guapi. Yo sé que eso te suena. Sí o no, yo lo sé. Es que rompió
internet, claro que sí. Nono y Laura, los creadores de Chick-fil-A, se arruinaron con un negocio
anterior y quedaron con una deuda de casi 100 mil euros. Se rindieron, hombre, por supuesto que no.
Crearon la plataforma de moda de segunda mano más grande de España, que luego vendieron nada más y
nada menos por 10 millones de dólares. Te cuento bien porque esto vale la pena darle un poco de
pensamiento. Por supuesto, con una inversión mínima. Al final inversión, pero estamos hablando de una
inversión que perfectamente vos y yo podemos hacer. Nono y Laura, con una inversión de 4 mil euros,
4 mil euros, crearon hace unos años esta plataforma llamada Chick-fil-A. Un mercadillo,
digamos así, el Wallapop de moda, pero solo de moda, para chicas y chicos, que incluso llegó
a ser considerado el más grande de España. Chick-fil-A, la aplicación de compra y venta de ropa
y complementos de segunda mano, consiguió crear una comunidad de más de 6 millones de usuarios y
ofrecían más de 8 millones de prendas distintas. Y además llegaron a tener una facturación anual
con un promedio de 20 millones de euros. Pero para sus fundadores, Nono y Laura, no todo fue
color de rosa, soplar y hacer botellas. Antes de este éxito, ellos tuvieron que fracasar y aprender
de sus errores para llegar a lo que hoy en día son. Tuvieron que arruinarse en un negocio anterior
y tener una deuda de casi 100 mil euros para lograr el éxito. Por supuesto, en el camino
demostraron que la constancia y el trabajo duro premian. Tanto así que en el 2019, la marca fue
comprada por su rival, Vinted, y como te decía en un inicio, se estima que el monto total ronda los
10 millones de dólares. Estamos llegando al final del episodio y a mí me gustaría que cerráramos el
episodio con un ejercicio de mentalidad que te quede de tarea para todo el resto de la semana
y que lo vayas haciendo de aquí al próximo episodio. Lo puedes hacer hoy, lo puedes hacer
mañana, puedes volver a escuchar el episodio, lo importante y yo te recomendaría que lo hicieras
porque este ejercicio te va a ayudar a cambiar el chip. ¿Cómo lo vamos a hacer? Son cuatro pasos. El
primero, auditar tus fracasos. Escribí en una hoja todos los fracasos que has tenido. No importa
qué tan grandes o qué tan pequeños sean, escríbelo. Si yo tuviera que escribir, por supuesto, mi
primer fracaso sería tecnutilidades, pero mi último, el más reciente, podría ser Atlas Total. Tan fracaso
que murió antes de siquiera lanzarlo, para que te hagas una idea. Bien, ese es el primer paso. El
segundo paso, extracción del valor. Al lado de cada uno de los fracasos, escribí qué aprendiste de
esa experiencia. ¿Qué sabes ahora que antes no sabías? Paso tres, dale la vuelta de tuerca. En lugar
de llamarlo fracaso, llámalo educación práctica, porque al final del día eso ha sido. Y cuarto y
último paso, aplicación. Identifica cuál de esas lecciones estás aplicando ahora en tu emprendimiento
actual. Y si no las estás aprovechando y si no las estás aplicando, comienza a ver a dónde te podría
encajar. A esto que aprendí, esta educación práctica que puedo sacar de esta auditoría y de esta
extracción de valor, la pudiera aplicar aquí, aquí y aquí, así y así. Te lo dejo de tarea. No me lo
tenés que entregar, no me lo vas a mandar, pero yo te recomiendo hacer este ejercicio para
poder comenzar a cambiar nuestro chip. Porque en la TAM, en la TAM vamos, digamos, con este tema un
poco atrás. Y además también yo te recomiendo que empecés a contar tus fracasos como parte de tu
historia de éxito, no como capítulos separados. Cuando alguien te pregunte sobre tu experiencia,
yo te recomendaría que incluyeras también lo que no funcionó o tal vez lo que tuvo un éxito
mediano o poco éxito. Porque al final es lo que aprendiste. Eso no te hace menos competente al
final. Eso al final del día, por supuesto, te va a ser más humano y más creíble. Y aunque pareciera
que no, porque lamentablemente culturalmente nos han enseñado a creer que no, pero al final del
día, muy negocios, muy business, muy lo que querrás, somos personas tratando con personas.
Y siempre es mejor tratar con una buena persona, con un humano creíble y coherente, que con alguien
que piensa que viene de otra galaxia. Bueno, sin lugar a dudas necesitamos sí o sí cambiar la
conversación. En lugar de esconder nuestros fracasos, sí o sí necesitamos celebrar cada
una de las lecciones y aprendizajes que nos llevamos. Y por supuesto, también muy importante,
en lugar de juzgar a quienes intentaron y no funcionó, necesitamos aplaudir el coraje de
haberlo intentado. Así que apunta y dale una vuelta. La diferencia entre las personas exitosas
y las fracasadas no es que no fallen, es cómo responden al fracaso. Y con esto cerramos el
episodio de hoy. Yo ya hice mi parte, ahora te toca a vos. Toma lo que escuchaste,
adaptalo a tu realidad y ponete manos a la obra. Si quieres compartirme tu avance o tenés alguna
duda o pregunta, puedes encontrarme en el metodefectivo.org/contacto. Te espero en el
próximo episodio. Muchas gracias por escuchar. Buen lunes y exitosa semana. ¡Salú!
[Música]