Dos segundos. Es lo que tarda la mayoría de la gente en decidir si se queda en tu sitio web o se va. Si tu web tarda más de dos segundos en cargar, el 53% de los usuarios ya se fueron. No esperaron. No les importó qué tan bonito es tu diseño o qué tan bueno es tu contenido. Se fueron, probablemente a la competencia que sí cargó en un segundo.
La mayoría de los dueños de sitios web no tienen ni idea de qué tan lenta es su web. La prueban desde su computadora de escritorio con internet premium y con la web en caché. Para ellos carga en un segundo. Pero los usuarios desde un teléfono de hace cuatro años, con conexión 4G lenta, en un país con infraestructura de internet paupérrima, esperan 8 segundos. Y no van a esperar.
En este episodio hablamos de por qué el rendimiento no es un accesorio sino un requisito. Revisamos las razones concretas por las que importa: conversiones, SEO, experiencia del usuario, costos de hosting y accesibilidad. También analizamos los problemas más comunes que hacen lenta tu web y cómo solucionarlos, desde imágenes sin optimizar hasta hosting barato.
Y para cerrar te comparto un plan de seis pasos para medir y optimizar tu web. Porque no se puede mejorar aquello que no se ha medido. Pero ojo: no te obsesionés con el 100 sobre 100. Buscá el punto de equilibrio donde tu web cumple su objetivo. Porque el rendimiento es un proceso, no un destino.