“Ahhhh, pero mi web es chiquita. Nadie me va a hackear.” Esa frase la he escuchado tantas veces que he perdido la cuenta. Y cada vez que la escucho, sé que esa persona le va a tocar aprender por las malas.
Porque los hackers no discriminan. No les importa si tu web es grande o pequeña, si tenés 10 visitantes al día o 10,000. Los bots atacan todo. Automáticamente. Sin pensar. Sin elegir. Es como creer que porque vivís en una casa pequeña no necesitás cerrar la puerta con llave.
En este episodio hablamos de por qué te van a atacar (sí, a vos), qué buscan cuando lo hacen, cuáles son las vulnerabilidades más comunes que explotan y cómo prevenirlas. También revisamos las buenas prácticas que todo proyecto debe implementar: desde el principio de mínimo privilegio hasta la seguridad por capas.
Porque la seguridad web no es paranoia. Es conciencia. Es responsabilidad con tu proyecto, con tus usuarios y con la información que te confían. Y se construye desde el día cero. No la añadís después del desastre.